Se llamaba Gabriel Huge Córdova, era reportero gráfico y también colaboraba en un programa de radio. del periódico Notiver. Tenía 37 años cuando fue asesinado el 3 de mayo de 2012. Su crimen permanece impune.
Cuando trabajaba en el periódico Notiver muchas veces llegó primero que todos sus compañeros, porque tenía una radio con frecuencia policiaca. En una ocasión llegó cuando unos policías federales habían asesinado a un presunto pistolero, Huge tomó las fotos del antes y después de que los oficiales sembraran un arma para justificar el uso de la fuerza letal contra un “grapero” que presuntamente intentaba escaparse de la detención. Los cuatro policías federales implicados terminaron tras las rejas y Huge tuvo que sortear una campaña de acoso, la cual libró por el respaldo de tuvo de su jefe, el periodista Miguel Ángel López, “Milo Vela”.
El 3 de mayo de 2012, a menos de una semana del asesinato de la periodista de Proceso Regina Martínez, se encontraron cuatro cuerpos segados y con severas huellas de tortura. Estaban dentro de unas bolsas en el canal de aguas negras de La Zamorana, en Boca del Río, uno de ellos era Gabriel Huge, quien un día antes fue reportado como desaparecido.
Huge se había ido de Veracruz en julio de 2011, tras el asesinato de sus compañeros de Notiver, Milo Vela y Yolanda Ordaz, porque tenía miedo. Pero no consiguió trabajo y tuvo que regresar. Apenas tenía unas semanas cuando fue asesinado.
En contexto, los municipios de Veracruz y Boca del Río, los más disputados por la delincuencia organizada, estaban en guerra; aunque los hechos de violencia no trascendían, porque los medios de comunicación se autocensuraban por seguridad. El Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), había anunciado una limpia general de la zona, en su pelea con Los Zetas.
Las autoridades sugirieron que Huge servía a alguna de las organizaciones criminales, y acusaron públicamente del crimen a Isaías Flores Pineda alias, ‘El Cronos’, y Juan Carlos Hernández Pulido, alias “La Bertha”, presuntos integrantes del CJNG. A pesar de haberlos detenidos, los acusaron de otros delitos, nunca del homicidio del reportero gráfico.
Como lo advirtió entonces Artículo 19: “El gobierno de Veracruz intenta dar carpetazo a la peor crisis de violencia contra la prensa de la entidad al atribuirle la aceptación plena de los homicidios a un grupo de personas que no han sido aún sometidas a proceso. Más preocupante resulta aún que el fiscal estatal Amadeo Flores Espinosa criminalice a las víctimas al afirmar que ‘estos reporteros a su vez habían sido los causantes de la muerte de otros periodistas, asesinados por la organización delictiva autodenominada Los Zetas”.
Informe Anual 2020 Comisión Estatal para la Atención y Protección de Los Periodistas