Gustavo Sánchez Cabrera fue asesinado el 17 de junio de 2021 en la comunidad del Morro Mazatán, en la región del Istmo de Tehuantepec, Oaxaca. Su asesinato ocurrió cuando se trasladaba en su motocicleta hacia el panteón de la comunidad junto con su hijo menor, de 15 años, y fue interceptado por un automóvil que los golpeó y de donde se bajaron unos sujetos y le dispararon al periodista. Sánchez Cabrera recibió dos impactos de bala, uno de los cuales en la cabeza, causándole la muerte inmediata.
El comunicador tenía un largo historial de denuncias por amenazas contra su vida a raíz de su trabajo periodístico. Desde 2014 había señalado que durante un noticiero en vivo recibió una llamada telefónica (con lada de Pachuca, Hidalgo) de un hombre que le dijo que lo tenía ubicado y que iban a terminar con su vida. Aunque un año antes, en 2013, tuvo una amenaza de parte de un agente de tránsito que perdió su trabajo por una denuncia de corrupción que exhibió Gustavo, esta era la primera vez que la situación escalaba a un mayor nivel.
Por el caso de la amenaza telefónica fue incorporado al Mecanismo de Protección de la Secretaría de Gobernación, pero años más tarde fue dado de baja de este sistema.
En julio de 2020 el periodista sufrió un atentado en su propia casa, hasta donde llegaron personas armadas que dispararon contra él. Por tales hechos la Fiscalía de Oaxaca inició un trabajo de investigación y obtuvo una orden de aprehensión contra un sujeto identificado como Esteban “N”, pero no se ha cumplido con la detención. Esta persona, presunto responsable de la agresión armada, resultaría ser familiar de dos funcionarios municipales.
Ya en 2021, Gustavo por fin logró reincorporarse al Mecanismo de Protección, pero aunque le autorizaron escoltas, chalecos antibalas y vigilancia en su domicilio, éstas llegaron tarde: cuando ocurrió su asesinato no tenía ninguna de estas medidas.
La Relatoría Especial para la Libertad de Expresión de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), Gustavo Sánchez escribía sobre temas relacionados con la política local y hechos policíacos y delictivos, especialmente sobre el tráfico de hidrocarburos en la región.
El Fiscal de Oaxaca, Arturo Peimbert Calvo, indicó que el trabajo periodístico de Gustavo estaría relacionado con su asesinato, sobre todo por las críticas a actores políticos locales y las denuncias de hechos delincuenciales.
Su expediente sigue abierto y no registra avances.