Fue un ataque directo, por ello es importante resaltar que de los nueve disparos que tenía su cuerpo, cinco fueron en el rostro, al salir de las oficinas del fiscal general. Fueron cuatro hombres con armas automáticas los que le dispararon.
El periodista había informado ampliamente sobre la corrupción en la entonces Procuraduría General de la República y la Policía Judicial Federal. En una serie de artículos publicados a finales de 1997, García informó que miembros de la Policía Judicial Federal colaboraban con los hermanos Arellano Félix, quienes entonces dirigían uno de los cárteles más poderosos del país con sede en Tijuana.
Unos días antes del asesinato, un oficial de la Policía Judicial Federal y un capitán del Ejército interrogaron a García sobre sus fuentes, según un editor de La Tarde.
La Comisión Interamericana de Derechos Humanos lo tiene registrado en los casos de asesinatos de periodistas ocurridos durante 1998.
No hay mucha información disponible que ofrezca detalles de los hechos por parte de fuentes oficiales.
Por el Informe del Relator Especial sobre la promoción y protección del derecho a la libertad de opinión y de expresión, Abid Hussain (de conformidad con la resolución 1999/36 de la Comisión), no sólo se cita el caso como un ataque al ejercicio periodístico, sino que el 6 de octubre de 1999 el Relator Especial también solicitó información sobre denuncias de la violación de los derechos humanos del caso de Luis Mario García.