Rafael Ortiz Miranda fue secuestrado y desaparecido el 8 de julio de 2006. Desde hace 15 años no se tiene noticia sobre su paradero.
El periodista recibió amenazas cuando residía en Ciudad Acuña, Coahuila donde trabajaba para Radio Felicidad. Entonces, el dueño de la estación le ordenó hablar con su hijo, el entonces presidente municipal Alfredo Garza Castillo quien le recriminó y amenazó por las menciones que había realizado de ciertas personalidades de la localidad y que los vincula al tráfico de drogas. Tuvo que renunciar.
En su trabajo realizó denuncias de lugares específicos donde se vendía droga, logrando crear un mapa de estos espacios. Además, conocía los vínculos entre narcotraficantes, autoridades y empresarios de la zona. Por este tipo de denuncias se le había ofrecido dinero para que dejara de hacerlo; sin embargo, Rafael nunca quiso aceptar se le comprara para callarlo.
Otra amenaza que recibió fue en desayuno en la Sexta Zona Militar donde su anfitrión le cuestionó “si tenía huevos porque los necesitaría de seguir metiéndose en asuntos que no le correspondía”. Un corresponsal del Instituto Mexicano de la Radio (IMER) le había ya proporcionado mensajes intimidatorios provenientes de los Zetas.
Tras la renuncia y las amenazas lo llevaron a mudarse a Monclova, donde lo contrató el conglomerado de medios Zócalo, para trabajar en el periódico y en Radio Zócalo.
DESCRIPCIÓN DEL ATAQUE
El 8 de julio de 2006, Rafael Ortiz fue secuestrado, este señalamiento lo realizó el entonces gobernador del estado Humberto Moreira Valdés, agregando que se realizó para que no continuará denunciando las operaciones de los grupos delictivos.
MEDIDAS TOMADAS
El 13 de julio, el padre del periodista, de nombre Rafael Ortiz, presentó una denuncia ante la delegación de la Procuraduría General de la República. La institución inició un acta circunstanciada y se comenzaron a llevar a cabo las primeras pesquisas. En tanto, al preguntar oficialmente a la Procuraduría si la Fiscalía Especial para la Atención de Delitos Cometidos contra Periodistas atendería las investigaciones, se respondió que se estaba “en espera de que la Procuraduría de Justicia del estado entregue un desglose de la averiguación previa, porque hasta ahora es un delito local”.
Para el día 16 de ese mes, se preguntó a la Procuraduría del estado y no se contaban con pistas para conocer el paradero del periodista, ni si se encontraba con vida o muerto.
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