La confianza en los medios de comunicación sigue cayendo en Estados Unidos, y menos de un tercio de la población (28%) considera que periódicos, televisión y radio informan de manera “completa, precisa y justa”.
De acuerdo con la última encuesta de Gallup realizada entre el 2 y el 16 de septiembre de 2025, este nivel de confianza representa una caída de 3 puntos porcentuales respecto al año anterior y 12 puntos frente a hace apenas cinco años, como reflejo de la polarización y el desencanto entre los más jóvenes.
Actualmente, siete de cada 10 adultos estadounidenses confían “poco” a (36%) o “nada" (34%) en los medios.
Profunda brecha generacional
El reporte de Gallup expone que la credibilidad de los medios está fracturada tanto por líneas partidistas (republicanos vs demócratas) como por generacionales.
En este sentido, los datos revelan una brecha generacional profunda, pues mientras el 43% de los adultos mayores de 65 años aún confía en los medios, ningún grupo etario más joven supera el 28% de confianza. Esta división refleja tanto el cambio en el ecosistema digital como el desencanto estructural entre los más jóvenes.
El informe muestra que la desconfianza es particularmente intensa entre republicanos e independientes, y advierte que si la tendencia entre los jóvenes demócratas continúa a la baja, la confianza general podría seguir desplomándose, salvo que los republicanos comiencen a recuperar confianza.
Esta realidad plantea un reto profundo para las redacciones, por lo que además de informar con veracidad y equilibrio, es necesario reconstruir puentes con una audiencia cada vez más escéptica, fragmentada y expuesta a la desinformación.
Décadas de desplome
La pérdida de credibilidad viene a la baja históricamente. En los años 70, Gallup registraba niveles de confianza en los medios superiores al 70% pero para finales de los años 90, esa cifra cayó a 53%. En 2016, tras la fuerte polarización de las campañas presidenciales, la cifra se desplomó.
El 28% actual es el dato más bajo registrado, y muestra que la confianza se ha reducido incluso entre los grupos tradicionalmente más favorables, como los demócratas.