A dos meses del asesinato del periodista Antonio de la Cruz, su esposa Emelia Martínez y sus hijas Paola y Melisa salieron de Tamaulipas ante la indefensión en la que quedaron, pese a la protección que les brindaban autoridades estatales.



Desde que la Fiscalía General de la República (FGR) atrajo el caso, el mismo día en que de la Cruz fue atacado a balazos  al salir de su domicilio en la capital tamaulipeca con su hija Cynthia, quien resultó herida y días después falleció en un hospital, no hay detenidos y se desconocen los avances de la investigación para dar con los autores intelectuales y materiales de los homicidios.



Días de después de los hechos, la Fiscalía Especial para la Atención de Delitos cometidos contra la Libertad de Expresión (FEADLE), de la FGR, desplegó en Ciudad Victoria un equipo de investigadores que entrevistó a familiares, amigos cercanos y compañeros de trabajo de Tony, como le decían al reportero del periódico Expreso, para establecer líneas de investigación, pero ya no se supo de más diligencias de gabinete y campo.



El subsecretario de Seguridad Pública, Ricardo Mejía Berdeja, informó el 11 de agosto que la FGR concluyó una parte de la indagatoria  y que tenía listas solicitudes de aprehensión contra presuntos responsables del asesinato de Antonio de la



Cruz y de su hija, Cynthia.



“En el caso de Antonio de la Cruz, la Fiscalía General de la República, a través de la Fiscalía para Delitos que Atentan contra la Libertad de Expresión, informa que van muy avanzadas las investigaciones y que en breve seguramente estarán judicializando”, dijo el funcionario en la conferencia de prensa presidencial; sin embargo, nada de eso ha ocurrido.



El periodista Arturo Rosas Herrera, uno de los amigos más cercanos a Antonio de la Cruz, señaló que no hay avances en las investigaciones y se siguen con las mismas de dudas del por qué del asesinato contra de la Cruz, quien no cubría temas de seguridad y crimen organizado en el estado.



“Seguimos esperando eso, que nos den certidumbre de que hay una verdadera pista, porque hay otros crímenes de periodistas donde aparecen algunos nombres, como el caso de Fredid Román en Guerrero, pero aquí nada”, lamentó en entrevista con EL UNIVERSAL.



Rosas Herrera aseguró que sólo se limitan a “reproducir  lo que dijo el subsecretario de Seguridad Pública, Ricardo Mejía Berdeja, de que hay avances y que se está por librar una orden de aprehensión pero realmente no vemos nada”.



“¡Que no la chinguen! La familia de Antonio de la Cruz necesita una respuesta puntual sobre lo sucedido”, reviró por su parte el diputado local por Movimiento Ciudadano, Gustavo Cárdenas, a la Fiscalía General de la República ante la falta de resultados concretos para esclarecer el asesinato del reportero del diario Expreso.



“Urge que las autoridades den una explicación a la familia y a los tamaulipecos”, puntualizó Cárdenas, quien durante años tuvo una relación laboral con de la Cruz.



De la Cruz fue un periodista especializado en el sector agropecuario, ganadero y de medio ambiente, en el que se relacionó con campesinos, productores y ganaderos.



Por sus años en las fuentes de información agropecuarias, ganaderas y del clima, en el gremio periodístico de Ciudad Victoria lo llamaban el reportero del campo.



Inició su carrera profesional reporteando en los municipios de Tula, Jaumave, Palmillas, Miquihuana y Bustamante, que conforman el Altiplano tamaulipeco, considerado la región más pobre del estado.



Entre sus amigos y compañeros, Antonio de la Cruz era definido como una persona reservada, que no se metía con nadie, tranquilo, que cuidaba mucho de su familia.



“No recuerdo que él haya manifestado alguna amenaza, a nadie de los compañeros periodistas le externó que estuviera preocupado porque le hubieran mandado un mensaje o que le hubieran  marcado para amenazarlo, a estas alturas ya hemos platicado mucho sobre lo que pasó, y nadie recuerda eso”, mencionó Arturo Rosas, quien señaló que su esposa Emelia Martínez y sus hijas siguen bajo el Mecanismo para la Protección de Personas Defensoras de Derechos Humanos y Periodistas.