En el marco de el Día Mundial de las Personas Refugiadas, Reporteros Sin Fronteras (RSF) España pidió al gobierno Español asumir un compromiso “firme y tangible” con los cientos de periodistas que han elegido España como el segundo país de destino de asilo en la Unión Europea, ante la escalada mundial de autoritarismo, violencia y recortes a los apoyos de Estados Unidos.
España concentró en 2024 el 18% de todas las solicitudes de asilo registradas en la Unión Europea. RSF calcula que al menos 400 periodistas procedentes de Venezuela, Cuba, Nicaragua, Colombia, Siria, Afganistán y otros, residen hoy en territorio español.
Edith Rodríguez Cachera, vicepresidenta de RSF España y miembro del Consejo de Administración de RSF en París, consideró “urgente que el gobierno de Pedro Sánchez entienda el valor que tiene el exilio periodístico en la defensa mundial de la democracia. España debe estar a la altura de quienes vienen buscando protección por informar”.
Rodríguez extendió el llamado a los medios de comunicación españoles, “que a menudo les dan la espalda”. “El valor profesional y vivencial de estos periodistas debe ser tenido en cuenta”, ahondó.
El aumento de periodistas desplazados refleja la combinación letal de dictaduras, conflictos armados, gobiernos militares y mafias del crimen organizado. RSF recuerda que siete de cada diez euros de su fondo de emergencia global en 2024 se destinaron a informadores exiliados o desplazados: 716 profesionales, la mayoría provenientes de Afganistán, Rusia, Irán y Nicaragua.
También son redacciones enteras
En países como Cuba, Nicaragua o Venezuela, numerosos medios independientes tienen la totalidad de su redacción en el exilio, a menudo dispersa entre varios países.
RSF explicó que la mayoría de periodistas en el exilio suele buscar primero refugio en países vecinos, pero la situación política o económica de esos países no siempre les permite establecerse allí a largo plazo.
Asimismo, en los países de tránsito como Costa Rica, Colombia, México, los reporteros siguen siendo blanco de persecución transnacional; cuando no logran amedrentarlos a ellos, los hostigadores amenazan a sus familias en el país de origen.
Entre otros aspectos, el exilio impone barreras de idioma, cultura y pérdida de estatus profesional, ya que muchos periodistas aceptan trabajos fuera de su ámbito para subsistir y, aun así, siguen informando en su tiempo libre a través de plataformas digitales que mantienen viva la prensa independiente de sus países.