SINALOA.- A cinco años del asesinato del periodista Javier Valdez Cárdenas en Culiacán, Sinaloa, familiares, periodistas y organizaciones de Derechos Humanos recuerdan su trabajo mediante el que criticó abiertamente a narcotraficantes y a las autoridades y exigen que su crimen no quede impune. El 15 de mayo del 2017, Javier Valdez –reconocido periodista a nivel internacional- salió a bordo de su automóvil de las oficinas del semanario Río Doce, del que fue cofundador. Avanzó unas calles cuando fue interceptado por un vehículo, del cual bajó un hombre armado, quien obligó al periodista a descender de su automóvil para, luego, darle 12 balazos, mismos que le provocaron la muerte.
El escritor y periodista, cofundador del semanario Río Doce en 2003 y corresponsal del periódico La Jornada llevaba tres meses recibiendo amenazas de muerte por su trabajo.
Valdez dio rostro y nombre a cientos de víctimas del narcotráfico en México a través de sus investigaciones y publicaciones e inspiró una generación de jóvenes periodistas en el país.
Sabía lo peligroso que era estar vivo y ser periodista, no sólo en su estado natal de Sinaloa, sino en todo México. Con todo, no tuvo miedo de reportear porque era consciente de su importante papel de ofrecer espacio a que se escucharan las voces de miles de víctimas de la narcopolítica, quienes sin periodistas como él ven bloqueados los caminos hacia la verdad y la justicia.
Al conocerse de su asesinato, la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) solicitó medidas cautelares para su familia y colaboradores del semanario, y organismos internacionales exigieron justicia.
Valdez Cárdenas fue asesinado en medio de una guerra interna en el cártel de Sinaloa, derivada por la disputa de dos fracciones de la organización criminal por hacerse del liderato que dejó Joaquín Guzmán Loera, “El Chapo”, detenido por tercera ocasión y extraditado apenas unos meses atrás a Estados Unidos.
Una fracción era liderada por Dámaso López Núñez, “El Licenciado”, mano derecha y compadre de “El Chapo”, hombre de confianza que ayudó al capo en sus dos fugas de prisiones de máxima seguridad.
Primero, como segundo al mando en el penal de Puente Grande, Jalisco, Dámaso dejó todo puesto para que –tras su sorpresiva renuncia– se fugara en enero de 2001. Luego, en 2015, junto con la esposa de Guzmán Loera, Emma Coronel, López Núñez –según sus propias palabras– idearon el escape de “El Chapo” del penal del Altiplano, en el Estado de México.
Versiones oficiales señalaban que “El Licenciado” quedó al mando de la organización cuando “El Chapo” fue capturado.
El otro bando de la disputa lo lideraban Jesús Alfredo e Iván Archivaldo Guzmán Salazar, “Los Chapito”, hijos y herederos predilectos de Guzmán Loera. Ambos se habían hecho poco a poco de poder dentro de la organización criminal.
En medio, como negociador del conflicto, quedó Ismael Zambada García, “El Mayo”, fundador del cártel de Sinaloa.
Varios hechos violentos quedaron marcados por esta disputa desde antes del asesinato de Valdez, por ejemplo, el 15 de agosto del 2016, "Los Chapitos" fueron secuestrados en el restaurante "La Leche" en Puerto Vallarta, Jalisco, por presuntos miembros del cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), con quienes Dámaso se había aliado. A los días y tras un pago millonario, los Guzmán fueron liberados.
Fue entonces, en medio de la guerra, que "Los Chapitos" enviaron una carta al periodista Ciro Gómez Leyva donde aseguraban "El Licenciado" los traicionó a ellos y a “El Mayo”, cuando el 4 de febrero del 2017 los citó a una reunión, donde fueron recibidos a balazos por hombres armados, apenas lograron salir con vida.
En respuesta, “El Licenciado” contactó a Javier Valdez, quien publicó en Rio Doce la otra versión de los hechos, donde negó dicha traición y señaló a “Los Chapitos” de no respetar los acuerdos acusándolos a ellos de ser los generadores de la violencia.
Luego de publicar la versión de Dámaso, Valdez fue asesinado.
Días antes del crimen, el 2 de mayo del 2017, López Núñez fue detenido en un lujoso departamento de la zona de Polanco en la Ciudad de México, al año siguiente fue extraditado a Estados Unidos. Casi dos meses después de la captura de “El Licenciado”, su hijo Dámaso López Serrano, "El Mini Lic", se entregó a las autoridades estadunidenses en California.
Durante el juicio de Joaquín Guzmán Loera, desfilaron testigos protegidos varios de los socios más íntimos de “El Chapo”, entre ellos López Núñez.
Durante su declaración, “El Licenciado” acusó a “Los Chapitos” de ordenar el asesinato de Javier Valdez y negó que él estuviera detrás del asesinato.
A pregunta expresa del ahora exabogado de “El Chapo”, Eduardo Balarezo, Dámaso negó que él y su hijo estuvieran detrás del asesinato de Javier.
AUTORES MATERIALES
Como presuntos autores materiales del asesinato de Javier Valdez, dos hombres han sido sentenciados y uno más fue hallado muerto. Heriberto Picos Barraza aceptó el 27 de febrero de 2020, ante Juez de Control, su participación en el homicidio, a cambio de renunciar a su derecho a un juicio oral y acceder a un procedimiento abreviado, recibió una sentencia de 14 años y 8 meses de prisión en febrero de este año. En tanto, Juan Francisco Picos Barrueta, quien presuntamente apretó el gatillo en 2017 cuando Valdez salió de su periódico, después de un retraso de 20 meses, en septiembre de 2020 se celebró la audiencia intermedia y en junio de 2021 fue sentenciado a 32 años de prisión por el asesinato. El otro señalado, Luis Ildefonso Sánchez Romero, apodado como “El Diablo”, acusado de ser quien bajó a Valdez del vehículo para darle muerte, fue hallado son vida en la colonia Moctezuma, de San Luis Río Colorado, Sonora, en septiembre del 2017.