Diversas organizaciones denunciaron un saldo significativo de agresiones en contra de periodistas derivado del clima de tensión que rodea las manifestaciones contra las redadas migratorias del gobierno estadounidense en Los Ángeles.

De acuerdo con datos recientes documentados por Reporteros Sin Fronteras (RSF) al menos 35 ataques a reporteros, al menos 27 de ellos perpetrados por fuerzas de seguridad.

Las cifras, respaldadas por testimonios y material audiovisual, incluyen detenciones arbitrarias, agresiones físicas y el uso indiscriminado de balas de goma y gas pimienta contra profesionales que cubrían los acontecimientos.

Piden se proteja el derecho a informar

"La ola de violencia contra los periodistas en las calles de Los Ángeles este fin de semana es inaceptable. Estas protestas son una cuestión de gran interés público y el público tiene derecho a saber exactamente lo que está pasando. La única forma en que puede suceder es si a los periodistas se les permite hacer su trabajo libremente", dijo Clayton Weimers, Director Ejecutivo de RSF USA.

Esta alarma es compartida por el Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ), la Coalición de la Primera Enmienda y la Freedom of the Press Foundation, que remitieron una carta a la secretaria de Seguridad Nacional estadounidense, Kristi Noem, preguntando si existe una directriz que autorice a los agentes a neutralizar la cobertura mediática. 

Entre los casos documentados figuran dos reporteras de televisión australiana; un fotógrafo británico que requirió cirugía de urgencia tras el impacto de un proyectil; un corresponsal del New York Post que sufrió un hematoma frontal, un periodista de The Telegraph y un documentalista, que fueron golpeados por balas de goma.

Asimismo, un reportero de The Southlander, denunció dos disparos directos con proyectiles no letales y equipo de CNN fue retenido por agentes la noche del lunes y liberado horas después sin cargos.

De acuerdo con la agencia AP, no todos los ataques provinieron de la policía, pues el fotógrafo de dicha agencia, Jae Hong, fue golpeado y pateado por manifestantes, aunque logró salir ileso gracias a su equipo de protección.

Las organizaciones pidieron una investigación independiente que delimite responsabilidades y garantice la seguridad de la prensa en las coberturas, en el contexto de la Primera Enmienda que protege expresamente el derecho a informar, incluyendo los episodios de movilización social.