Comunicadoras y comunicadores sociales se enfrentan cotidianamente a una amplia gama de retos; algunos derivados directamente del normal desarrollo de su ejercicio profesional, otros, fruto de los álgidos contornos que se tocan al cubrir temas vinculados con corrupción, seguridad pública o crimen organizado, entre otros. Es así que las y los periodistas de varias zonas del país quedan en la mira de personas, grupos de poder y organizaciones al margen de la ley que despliegan contra ellas y ellos una ola de acciones intimidatorias.
El catálogo de agresiones va desde las amenazas verbales hasta la tortura, asesinatos o desapariciones forzadas. Pero si ya este contexto es de por sí alarmante, no por ello deben dejarse de lado otros obstáculos que igualmente minan el camino de un desempeño óptimo del ejercicio periodístico, como son el escaso o intermitente acceso a capacitación especializada, el uso direccionado de la publicidad, la censura y los vacíos de una difícil y esquiva autorregulación. Todos esto se encuentra hoy en el centro del debate sobre los medios en México.
En conjunto, tal contexto y esas dinámicas impactan negativamente en el efectivo goce de la libertad de expresión y el acceso a la información de la sociedad, dañando seriamente el proceso de consolidación del Estado de Derecho.
La Oficina en México del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ONU-DH) consultó, motivó e invitó a un selecto grupo de periodistas y especialistas en el derecho a la libertad de expresión con el fin de aprovechar su experiencia y conocer sus reflexiones sobre los retos actuales del ejercicio periodístico en México.
Son textos de mujeres y hombres con un amplio recorrido, que, con esta publicación, hacen un valioso aporte a favor del fortalecimiento del quehacer periodístico. Se trata de un vitral de experiencias personales y profesionales que no se inhiben al señalar los retos y, al mismo tiempo, exploran las vías que pudieran ofrecer soluciones.
Las temáticas que aquí se abordan van desde la cobertura en zonas de riesgo, las nuevas tecnologías, el periodismo y la libertad de expresión, la regulación y autorregulación, hasta la viabilidad de los mecanismos de protección y el mundo de la publicidad, y ofrecen, sin excepción, una perspectiva propositiva desde y para las y los periodistas.