El periodismo tiene la vocación clara de buscar, verificar y contar historias para informar a la sociedad, y hoy, ese contenido puede abrir una nueva vía de ingresos para los medios al convertirse en propiedad intelectual (IP) con valor comercial en el mercado audiovisual global.
En la más reciente Charla AMMx:“Cómo explotar el valor de tus contenidos: IPs como activo de negocio”, Christian Cueva, guionista y ex periodista, explicó cómo los reportajes, crónicas, entrevistas, investigaciones y archivos pueden transformarse en series, documentales, películas, podcasts, libros, experiencias interactivas, videojuegos o productos de consumo.
El desafío, destacó Cueva durante la conferencia, está en reconocer el potencial que ya existe en las redacciones y transformarlo.
En la nueva Charla organizada por la Alianza de Medios Mx, periodistas y representantes de medios pudieron escuchar la experiencia de Cueva transformando reportajes e ideas periodísticas en producciones cinematográficas y series.
Con ejemplos locales e internacionales, dejó en claro que la frontera entre el periodismo y la narrativa audiovisual es cada vez más difusa, y que quien la entienda primero, la podrá capitalizar mejor.
De las redacciones a las pantallas
Una propiedad intelectual es mucho más que un concepto legal. Es una historia, personaje o universo que posee valor narrativo y económico y puede expandirse a otros formatos.
Su poder no reside solo en el contenido original, sino en la capacidad de ser transformada y comercializada a lo largo del tiempo y en múltiples plataformas.
Cueva mostró dos ejemplos emblemáticos para ilustrar esto. El primero, Star Wars, que nació como una película en 1977 y se convirtió en una franquicia de 70 mil millones de dólares.
El segundo, más cercano, Chespirito, que comenzó como un programa de televisión y se transformó en una IP explotada durante más de 40 años a través de animaciones, cómics, juguetes, productos de consumo, derechos de retransmisión, restaurantes temáticos y eventos en vivo.
Ambos casos muestran cómo una IP bien construida puede trascender su origen y convertirse en un activo de largo aliento.
Periodismo, una gran materia prima para crear activos de IP
El periodismo está lleno de materias primas perfectas para transformarse en IPs. Reportajes, investigaciones y archivos poseen todos los ingredientes necesarios para ello, es decir, hechos reales, protagonistas poderosos, conflictos humanos, y tramas verídicas que impactan.
El secreto está en identificar el potencial narrativo, expandirlo y darle forma para presentarlo a un mercado ávido de historias.
Cueva expuso que en la actualidad plataformas como Netflix, Amazon, Disney+, HBO Max o Spotify prefieren desarrollar contenido basado en IPs existentes porque ya cuentan con audiencias fidelizadas y reducen el riesgo de inversión.
El 67% de las 100 producciones más populares en plataformas de streaming en 2024 están basadas en IPs preexistentes. En Disney+, ese número llega al 81%.
Cueva, refirió diversas investigaciones periodísticas basadas en hechos reales que se han convertido en series y documentales como Somos (ProPublica/Netflix), Una novela criminal (Jorge Volpi, Podium Podcast, Netflix) o Gringo Hunters (The Washington Post, Netflix).
“Las empresas periodísticas son minas de oro narrativas, porque las historias son la materia prima en este negocio. Y el secreto está en ver quién les encuentra valor primero.”
¿Qué necesita una historia periodística para convertirse en IP?
Cueva explicó que el periodismo produce hechos, pero lo que interesa a la industria audiovisual son las historias, es decir, debe contar con una premisa sólida, personajes potentes, un universo atractivo, una narrativa bien estructurada y, de preferencia, acceso exclusivo a fuentes, archivos, fotos, personajes y testimonios.
También debe tener “larga vida”, es decir, ser adaptable y expansible a otros formatos.
Cueva ofreció una ruta para medios que deseen profesionalizarse en la creación de IPs:
- Detectar historias con potencial dentro de la redacción.
- Crear un equipo de desarrollo (guionista, productor/a, periodista narrativo), que pueda transformar esas historias en narrativas con sentido audiovisual.
- Proteger legalmente las historias, registrarlas y asegurar los derechos de uso, imagen y archivo.
- Empaquetar la historia en un pitch deck: documento profesional que explica la historia, personajes, universo, tono y formato ideal (película, serie, podcast).
- Buscar alianzas estratégicas con productoras, agencias, showrunners o plataformas. Idealmente, contar con una agencia de representación.
- Negociar acuerdos de colaboración: presencia de marca, crédito como productores ejecutivos, porcentaje de ganancias, etc.
- Asistir a mercados y festivales audiovisuales: desde el FICG y Morelia, hasta MipCancún o Ventana Sur, para generar networking con la industria.