SAN LUIS POTOSÍ.- El periodista y director de Emsavalles.com, Samuel Roa Botello, denunció una amenaza en su contra, la cual fue dejada afuera de su propiedad ubicada en la colonia Lázaro Cárdenas, en Ciudad Valles, dentro de una hielera que contenía restos de un animal.

La alerta del periodista generó una intensa movilización policiaca en el municipio potosino, informó el portal dirigido por Roa Botello.

“Desde estas líneas editoriales, Emsavalles.com y Samuel Roa, director de esta plataforma digital e impresa, remarcamos nuestro compromiso periodístico y exigimos la libertad de expresión a la que como medio informativo congruente, veraz, responsable y serio, nos apegamos”, expuso el medio.

Conviene recordar que durante el pasado año 2022 se contabilizaron 15 asesinatos de periodistas, de acuerdo con cifras de la Alianza de Medios MX

Periodista asesinado en San Luis Potosí

El 5 de octubre de 2017, hombres que presuntamente se identificaron como policías ministeriales, entraron al domicilio del periodista Édgar Daniel Esqueda Castro y por la fuerza lo sacaron de su habitación en presencia de su familia, incluso después regresaron por sus teléfonos. Fue localizado al día siguiente en el aeropuerto internacional sin vida a causa de disparos, semidesnudo, con las manos atadas y con huellas de tortura. Se difundió un video donde es obligado a declarar contra otras personas antes de morir.

La esposa del fotoperiodista declaró que el grupo de hombres, armados con pistolas y al menos un rifle automático, rompieron la ventana de la puerta principal de la casa e irrumpieron en la habitación donde ella y su esposo dormían. Luego, los atacantes recolectaron los teléfonos celulares de la pareja y se llevaron a Esqueda Castro a punta de pistola. 

El periodista había denunciado ante la Comisión Estatal de Derechos Humanos que en dos ocasiones policías ministeriales del estado lo habían amenazado cuando ejercía sus funciones periodísticas. El 4 julio de 2017, el fotoperiodista sufrió amenazas y golpes de presuntos policías ministeriales que lo obligaron a borrar las fotografías que acababa de tomar de una balacera; el 13 del mismo mes, en otro evento, agentes de la PME le exigieron sus credenciales de identidad, las fotografiaron y le dijeron que lo estarían vigilando y también su domicilio, porque sospechaban que con sus notas proporcionaba información a la delincuencia.