Un grupo de organizaciones periodísticas de México anunciaron el 31 de agosto la creación de la Alianza de Medios Mx. Es un grupo nutrido de medios de información con gran calado en el medio informativo de la República Mexicana y para mantener enterada y comunicada a su sociedad.
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Es una agrupación que surge como una instancia de colaboración para defender la libertad de expresión y para combatir la impunidad en los casos de ataques contra periodistas y medios de comunicación en el país.
La AMMX anuncia que busca abrir espacios de reflexión sobre los diversos desafíos que encara el periodismo en México en todos sus ámbitos y esferas:
“El espíritu que nos motiva es defender la libertad de expresión, combatir la impunidad en los casos de ataques contra periodistas y medios, exhortar una mayor cercanía con la comunidad a la que servimos, y abrir espacios de reflexión sobre los diversos desafíos que encara nuestro sector, en todos sus ámbitos y plataformas”, dice en su carta de presentación.
En este primer momento cuenta con la participan de El Universal, Proceso, Eje Central, El Heraldo de México, Organización Editorial Mexicana (OEM), La Silla Rota, Publimetro, El Dictamen, Político MX, Vanguardia, El Economista, Debate y la Cámara Nacional de la Industria de Radio y Televisión (CIRT). Y espera una incorporación sostenida de nuevos miembros en los meses siguientes.
No es una propuesta política, no pertenece a partido alguno y mucho menos busca la confrontación con gobierno o particulares. Simple y sencillamente trabajará por fortalecer y defender la libertad de expresión como el derecho base de todas las libertades conseguidas por los mexicanos.
Pero también es un memorial para recordar a los periodistas que han sido asesinados, agraviados, desaparecidos, dañados en su patrimonio y familia. Y contribuir a que la justicia sea pronta, expedita y cierta. Eso es.
Está bien. Requete-bien. Es urgente que los medios se fortalezcan en unión y en solidaridad para defenderse y defender a sus operarios, a sus periodistas, a sus reporteros, editores, fotógrafos, articulistas, cronistas, ensayistas, diseñadores y todos los involucrados en el proceso de informar y comunicar.
Son todos quienes participan en el hecho informativo y que de un tiempo a esta parte han pasado de ser parte de una actividad indispensable para todos los mexicanos, a una zona de peligro mortal para muchos de sus periodistas.
México se ha convertido en uno de los países más peligrosos para ejercer el periodismo, se dice hoy en todo el mundo.
¿Por qué? ¿Qué fue lo que ocurrió? ¿En qué momento se pasó de la responsabilidad sin temores a la responsabilidad peligrosa? ¿Qué cambió en la sociedad para llegar a los extremos en los que se vive hoy en el país? ¿Quién estimula este panorama trágico? ¿Quién y quiénes deciden hacer periodismo en estas circunstancias en el país más peligroso para informar?
El periodismo es una carrera-oficio-actividad-profesión-emoción-vocación-amoroso tormento que hacemos quienes un día nos encontramos con que “lloviera, tronase o relampagueara” queríamos ser periodistas. Y lo somos.
Claro, en el periodismo hay de todo, los hay algunos que no son periodistas y que, por lo mismo, se saltan los límites de la ética periodística, pero son los menos, porque predomina en todo el país, en todos los estados, en los municipios, en los poblados mínimos ese alguien con los pies en la ética...
El que un día se encontró con que veía las cosas tal como son, sin matices, sin engaños, de cara a cara con los hechos y sus razones, y para informarlo a través de distintos medios y empresas de comunicación para que todos sepan en el país y el mundo, en un ejercicio de verdad, y la verdad es siempre justa.
Y se hace para decirle a todos lo que pasa y lo que ocurre en tiempos de paz o tiempos de guerra, en tiempos de lluvias o de secas, en tiempos de tronar cohetes o de recoger las varas y para que se sepa.
Es la infinita lucha por la verdad, y a la manera de los actos de injusticia que con toda frecuencia ocurrían en México –y ocurren-- los campesinos en defensa de su tierra acudían a la autoridad para decir la verdad y con ella pedir justicia: y a partir de la frase sacramental: “... Y venimos a contradecir”.
Que es decir, venimos para relatar lo que es y para demostrar que tenemos la razón. Y es por eso que los poderosos, los que toman decisiones, los que avasallan, los que con sus hechos impactan en vidas y obras humanas ven al periodista con desprecio, con coraje y con indignación; les sonríen pero no los toleran; los buscan pero los deploran porque somos los que buscamos esa verdad única y probada: ‘Venimos a contradecir’... Y ahí el gran problema.
Muchos periodistas nuestros han caído en la búsqueda de la verdad. La que se quiere ocultar.
Tan sólo de diciembre de 2018 a julio de este año han sido asesinados 43 periodistas en México, según cifras oficiales de la Secretaría de Gobernación. Más del 90 por ciento de estos homicidios ha quedado en la impunidad. Hoy mismo no se sabe quién los cometió, aunque se infiere el por qué. Hay periodistas desaparecidos. Otros agredidos físicamente. Dañados en su patrimonio. Amenazados...
En esto puede haber algunos casos ajenos al ejercicio periodístico. Pero precisamente se trata de conocer las razones y que, en todo caso, se sepa la verdad y que en todo caso la impunidad no sea la regla fatal.
Quienes acudimos a las aulas universitarias para estudiar periodismo, fuimos imbuidos de técnicas, de modos, de estrategias de procedimientos periodísticos, de las razones por las que se hace y por qué. Y en todos los casos se nos insistía en la ética como base de todo quehacer informativo.
Si lo aprendimos y lo llevamos en la maceta se ve en el trabajo de cada uno, pero eso nos enseñaban y nos marcaban maestros de quienes, en mi caso, no puedo menos que sentirme orgulloso, como fue don Miguel Ángel Granados Chapa, que además de mi maestro fue mi amigo y guía periodístico siempre...
Como es Carlos Ferreyra Carrasco, maestro que es de toda la vida... (¿Han leído lo que escribe por estos días? Son verdaderos lienzos periodísticos) y tantos más, inolvidables y a quienes debemos ese espíritu libertario y de responsabilidad a toda costa.
Pero además está la escuela de la vida, que dijera Herodoto, como han sido los periódicos en los que se trabaja a lo largo de los años. Redacciones cargadas de emoción, coraje, dignidad, trabajo rudo, incansable, la emoción de haber escrito la mejor nota del día y el “Yo no me voy hasta que salga el ejemplar del día siguiente, a la una de la mañana”.
Salir a reportear no es moco de pavo. Es acudir a una cita con la historia de lo inmediato. Es estar en el lugar de los hechos para ser testigos de ellos, para obtener más información y a fondo, es detectar las razones y los quién y por qué, y cómo y todo esa regla básica del periodismo serio.
Salir y entrevistar a tal o cual persona o personaje es enfrentar al sujeto consigo mismo, es llevarlo al punto de encuentro con lo que queremos en nombre social y no sólo lo que se nos quiere decir. Es entretejer un mundo de preguntas y respuestas que se enlazan para detectar lo que es y lo que importa.
Y así, cada género del periodismo. Todos ellos con su carga de responsabilidad y de temor. Porque es cierto también. Se sale con temor porque no se sabe nunca la reacción o el encuentro con quienes ven en el periodista a un enemigo a vencer.
Y lo peor. Para muchos de nuestros periodistas que cubren información de riesgo (crimen organizado, narcotráfico, violencia criminal, política) es el sentirse responsables de la información pero también amenazados por quienes están involucrados en ese inframundo del agravio social. Para ellos toda la solidaridad y apoyo.
Y ese apoyo es el que brinda la Alianza de Medios Mx. Para buscar que se haga justicia, que no haya más impunidad, que se les cuide, que se les proteja, que se les respete.
Y que lleguen sanos y salvos cada día a su hogar, contentos, satisfechos por la tarea realizada, la del periodismo que es vocación, que es tarea, que es obligación, que es responsabilidad, que es verdad y justo... Descansar con la conciencia tranquila en espera de que el día siguiente escuchará la melodía más hermosa del mundo: “Las noticias, señor”.
Publicado originalmente en El Sol de México y con autorización para reproducir en Alianza de Medios Mx