En entrevista con víctimas, el reportero o reportera debe requerir de tiempo y ser empático con lo que le cuente la persona, sobre todo debe evitar verse como “un buitre de la información”, dijo Ronna Rísquez, en el encuentro virtual, Cobertura de trauma: cómo prepararse para entrevistar a víctimas de la violencia,
De acuerdo con la periodista de investigación y creadora de Monitor de Víctimas, estas coberturas constan de tres etapas:
1. Etapa previa: en esta hay una preparación, donde el reportero o reportera debe documentarse sobre el tema y ahondar en la persona que entrevistara si es posible, ya que hay casos donde la cobertura debe ser inmediata como en una masacre.
2. Cobertura: en esta segunda etapa, se debe contar con un sistema de apoyo, que puede ser del editor, equipo de trabajo y familiares, con quienes se sugiere hablar sobre el tema.
En lo que respecta a una cobertura en vivo, el editor debe hacerle ver a su reportero que está presente. “Decirle lo estás haciendo bien", en caso de que haya críticas al trabajo, éstas deben hacerse de forma sutil, comentó la experta.
3. Empatía con el periodista, en esta tercera etapa el editor debe ser empático con el o la reportera, en caso de presentar estrés postraumático, se le debe dar un periodo de recuperación.
En este tipo de coberturas surge la pregunta “¿hasta dónde debo involucrarme con la historia?” La periodista de investigación, Ronna Rísquez, sugirió que “el límite es el periodismo”. “Nosotros no somos jueces, no somos abogados, no somos policías, no somos activistas. Nosotros mostramos las violaciones, nuestro límite está donde termina el periodismo”. Incluso en entrevista “no hay que dar recomendaciones ni emitir nuestra opinión”, sugirió.
En entrevista el rol del periodista es de escucha, por ello debe estar preparado con las posibles respuestas que le darán.
Además de ser empático, si el reportero o reportera ve que el entrevistado no puede más o se siente mal, puede apoyarle con lo que esté a su disposición como un vaso de agua o posponer la entrevista.
En cuanto a la conversación, se debe considerar que las víctimas necesitan ser escuchadas, “aunque lo que diga no servirá para el texto, el periodista debe escuchar”; es por ello que se debe contar con tiempo, no ir con una agenda apretada. Ronna sugirió dar seguimiento a comentarios que haga la víctima; por ejemplo, si la madre que perdió a su hija y comenta sobre el tipo sopa que le gustaba, una forma de vincularse con ella, es darle seguimiento a este tema “¿ah, si?, y qué tipo de sopa le gustaba, cómo la preparaba”.
La confianza con la víctima se gana desde la empatía, la conexión y estableciendo las condiciones de la entrevista.
“Hay que ser claros en qué se publicará, que no, y respetar los límites que nuestro entrevistado nos da”. Aunque haya permitido dar su nombre, esto de replantearse con el editor y siempre hay que cuidar a nuestro entrevistado. Si se debe dar su nombre o no. Si la información que se publique lo pondrá en situación riesgo, debe omitirse, sugirió Ronna Rísquez.