El periodismo de calidad es esencial para la democracia, la rendición de cuentas de los gobiernos, la promoción de los derechos humanos y del desarrollo sostenible, y  en el caso del periodismo local, un importante baluarte contra el aumento de la desinformación, expusieron el Nobel de Economía Joseph Stiglitz, Anya Schiffrin y Dylan Groves.

"El periodismo es un bien públicodado que el descubrimiento y la difusión de información de interés público, en particular, el abuso de poder por parte de gobiernos y corporaciones, beneficia a la sociedad", señalaron los autores del Informe 'Periodismo para el Desarrollo' publicado por la UNESCO

No obstante, está sujeto a problemas de ‘polizón o consumidor parásito” (free rider en inglés), es decir, que se desea gozar de dicho bien o servicio, sin pagar por él, por lo que requiere de apoyo de gobiernos y donantes

En este sentido, los autores sugirieron a los gobiernos crear un entorno propicio para el periodismo profesional, con medidas como subvenciones directas, créditos fiscales y leyes que protejan la libertad de expresión

En gobiernos que funcionan bien, la información sobre comportamientos egoístas, corrupción u otras formas de mala conducta genera consecuencias, y tan solo el conocimiento de que dicho comportamiento será descubierto y de que la información relacionada será difundida, tiene un efecto disuasorio”, expusieron en el Informe.

Los datos respaldan el papel clave del periodismo en la democracia

El Informe señala que de acuerdo con nuevos métodos de investigación rigurosos utilizados por los científicos sociales en los últimos años, fueron confirmados los efectos benéficos del periodismo, en especial en el Sur global. 

“La inversión pública en el periodismo mejora la confianza social y tiene efectos importantes en la protección y promoción de los derechos humanos, así como en el desarrollo sostenible”, indica el informe. 

No obstante, los autores identificaron numerosas amenazas contemporáneas para la salud y la libertad de los medios de comunicación independientes tanto en el mundo desarrollado como en el mundo en desarrollo.

Entre las principales amenazas se encuentran:

  • Difamación, Demandas Estratégicas contra la Participación Pública (SLAPPs), demandas por difamación y calumnia, con bajos estándares de prueba y grandes riesgos, además que en ocasiones los medios de comunicación para los que escriben los periodistas son incapaces o no están dispuestos a defenderlos.
  • Debilitamiento de las protecciones legales que los obligan a revelar sus fuentes, por ejemplo, en procesos legales, con un efecto inhibidor en el flujo de información.
  • Ciberacoso. Un problema más reciente es el ciberacoso, que fue bien documentado en el informe para la UNESCO "The Chilling", en especial contra mujeres.
  • Amenazas a la ciberseguridad, ejemplificados con Pegasus y otros programas espía que han socavado la capacidad de los periodistas para mantener confidenciales sus fuentes. 
  • Desinformación y manipulación, por lo que la barrera para el periodismo de calidad se eleva: no solo tienen que informar, sino también persuadir a los lectores de que la información que están proporcionando es precisa y la proporcionada por otros no.

 

Contrarrestar la desconfianza en el periodismo

Guil­herme Canela, jefe de la sección de Liber­tad de Expresión y Seguridad de Periodistas de la Unesco, dijo a LatAm Journalism Review, que el objetivo del informe y de otros hechos es contrarrestar un movimiento por parte de actores poderosos, cuyas narrativas buscan generar una profunda desconfianza en el periodismo.

Sin embargo, agregó, el periodismo es una institución clave para la consolidación democrática.

“Narrativas como ‘toda la prensa es corrupta’, o toda la ‘prensa es fake news’, o que ‘toda la prensa es asociada con las élites poderosas’, terminan llegando a una consecuencia común, que es este descrédito ante los ojos del conjunto de la población", indicó.

Esto, añadió Canela, consolida la percepción errónea de que la libertad de expresión es un derecho de los y las periodistas, cuando la sociedad debería de entender que es “un derecho individual de todos y todas, y al mismo tiempo es un derecho colectivo de nuestra sociedad”.