La directora general de Voice of America (VOA), Kari Lake, designada por el presidente Donald Trump en diciembre de 2024, buscaría la deportación de periodistas que trabajaban bajo la visa J-1, luego del cierre de medios financiados por el gobierno estadounidense, reportó The Atlantic.
Según la publicación, tras la orden ejecutiva del 14 de marzo que dispuso el cierre de su agencia, Lake colocó en licencia administrativa a casi todo el personal de VOA, despidió a cientos de contratistas y canceló programación en amplias regiones del mundo.
En entrevista con el presentador Eric Bolling de Real America’s Voice, Lake afirmó sobre los trabajadores con visa J-1, que su tiempo en Eatados Unidos habría terminado. “… si tengo que ir al aeropuerto con ellos y subirlos al vuelo, lo haré”, expuso.
VOA y otras emisoras públicas como Radio Free Asia, Radio Free Europe/Radio Liberty y Middle East Broadcasting Networks contrataron históricamente a periodistas extranjeros para llevar noticias y perspectivas estadounidenses a audiencias globales.
The Atlantic advirtió que, de ser deportados, algunos reporteros podrían enfrentar persecución o encarcelamiento en sus países de origen debido a su trabajo para medios financiados por Washington.
La visa J-1 es un estatus de intercambio cultural y profesional que, en el caso de periodistas, permite estancias temporales para prácticas o labor informativa bajo programas regulados.
La cancelación de contratos y la eventual terminación de estancias pondría a estas personas en riesgo migratorio inmediato.