Este año se cumplen tres décadas de que las Naciones Unidas proclamara el 3 de mayo como Día Mundial de la Libertad de Prensa, con el propósito de llamar la atención de todas las sociedades del mundo en favor del fomento de una prensa independiente de todos los poderes, plural y comprometida con el fortalecimiento de sociedades democráticas.

El artículo 19 de la Declaración Universal de Derechos Humanos está dedicado al derecho a la libertad de opinión y de expresión. “Este derecho”, se establece,  “incluye la libertad de sostener opiniones sin interferencia y de buscar, recibir y difundir informaciones e ideas por cualquier medio sin restricción de fronteras”.

La Alianza de Medios Mx considera que esta fecha debe alentar la reflexión de múltiples actores en nuestro país, los medios de comunicación incluidos, sobre los desafíos y la responsabilidad que supone el ejercicio cabal de la Libertad de Prensa. En particular, encarar la tragedia que como nación supone que México sea uno de los países más peligrosos del mundo para ejercer el periodismo. Esta realidad se traduce en el asesinato de más de 200 periodistas en los últimos 25 años. Un fenómeno que no ha hecho sino crecer en el pasado reciente bajo un entorno de grave impunidad, lo que representa un incentivo para que este problema se perpetúe.

Rendimos tributo hoy a los periodistas que ponen en riesgo su integridad física, la tranquilidad de sus familias e incluso su vida, con el solo propósito de informar a las comunidades a las que se sirven y promover el libre acceso a la información como un derecho humano establecido en nuestro cuerpo jurídico y en tratados internacionales ante los que se ha comprometido el Estado mexicano.

Consideramos que es deplorable el que en muchos ámbitos del discurso público, que inicia desde el gobierno de la República y se reproduce entre servidores públicos de todas las regiones del país, se persista en socavar la Libertad de Prensa mediante la intimidación, la descalificación e incluso la deshumanización del trabajo periodístico, que permite transmitir hechos y opiniones que nutren la posibilidad de que los ciudadanos tomen decisiones de calidad ante las políticas que conforman nuestro mundo.

El fracaso gubernamental, a todos los niveles, en su obligación como garante de la Libertad de Prensa se expresa cuando desde entes públicos, privados y aun del crimen organizado, se amenaza, se encarcela, se acosa judicialmente, se agrede e incluso se asesina a periodistas por el solo hecho de realizar su trabajo, en un intento por acallar o suprimir la verdad.

Abrigamos la convicción de que pese a esos amagos, la Libertad de Prensa en México seguirá siendo el barómetro de la madurez de nuestra democracia. Que los periodistas ratificaremos, día con día, nuestra alianza con la sociedad en favor de la libertad y la democracia.