Como lo menciona la canción, la pluma de Héctor Félix Miranda era temida. Los ataques contra la prensa y la libertad de expresión, que en lo que va del año 2022 en México se ha materializado en una ola de asesinatos de periodistas, se remontan a décadas.

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La impunidad contra estos crímenes se ha vuelto una constante que secunda esta violencia, como en el caso del homicidio de “El Gato” Félix, que a 34 años de ocurrido y pese a haberse condenado a los autores materiales, aún sigue sin saberse quién pagó a los pistoleros que le arrebataron la vida.

Un 20 de abril de 1988, dos vehículos le cortaron el paso en el tráfico al vehículo conducido por Félix Miranda camino a su trabajo, un hombre descendió de uno de ellos y abrió fuego contra el periodista en múltiples ocasiones con un rifle de 12 milímetros.

(Foto: Archivo) 

El caso fue investigado por la Procuraduría General de Justicia del estado de Baja California y se mantiene vigente gracias a que se encuentra en trámite ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.

LA TEMIDA PLUMA

“Periodista distinguido / Por su pluma era temido”, dice la canción “El Gato Félix”, interpretada por Los Tigres del Norte, la cual habla sobre el asesinato del periodista.

Héctor Félix Miranda fue fundador y codirector del semanario “Zeta” en Tijuana, la capital del estado, en la que residía pese a ser originario de Choix, Sinaloa.

En dicho medio escribía una columna titulada “Un poco de algo”, en la cual mencionaba a políticos y figuras públicas, utilizando el sarcasmo y la crítica.

“Con lo que escribía en el diario / Al gobierno hizo temblar”; “Con una pluma valiente / Señaló la corrupción”, agrega el corrido.

Además de casos de enriquecimiento ilícito, “El Gato” también abordó los temas de narcotráfico, torturas, asesinatos, acusando a individuos y a entidades públicas y privadas locales y nacionales.

El semanario Zeta también registra un atentado contra otro de sus fundadores, Jesús Blancornelas, en el que murió su escolta Luis Valero en 1997; así como el homicidio en 2004 de uno de sus editores, Fracisco Javier Ortiz.

AUTORES MATERIALES SIN AUTOR INTELECTUAL

Antonio Vera Palestina, exjefe de escoltas del empresario y político Jorge Hank Rhon y responsable de la seguridad del hipódromo Agua Caliente en Tijuana, y Victoriano Medina, expolicía judicial del Estado de Baja California, fueron detenidos y sentenciados por el crimen de Félix Miranda. 

En 2015 recuperaron su libertad, tras compurgar su sentencia, sin embargo las autoridades nunca investigaron a un posible autor intelectual.

Se presume que Vera Palestina recibió un pago equivalente a 10 mil dólares el día que el crimen fue cometido.

Blancornelas, codirector de Zeta escribió en una columna titulada “No votaré por Hank ni por el PRI”, publicada en julio de 2004, cuando Jorge Hank Rhon contendía por la gubernatura de Baja California; que el empresario envió dinero a Vera Palestina mientras estuvo en fuga tras matar a Félix.

También detalla una presunta traición del empresario y la decisión del columnista de “revelar algunas transas en las carreras de Agua Caliente” y exponer el consumo de cocaína y otras drogas en fiestas.

RECOMENDACIONES PENDIENTES

La Comisión Interamericana de Derechos Humanos determinó en 1999 que en el caso del periodista, el estado violó “en perjuicio de Héctor Félix Miranda y de todo ciudadano el derecho a la libertad de expresión” y los derechos a las garantías judiciales y a la protección judicial de la familia del periodista.

Lo anterior luego de que el Estado mexicano refiriera que el caso se había resuelto con las sentencias de los autores materiales. En una comunicación posterior, el propio Estado indicó que "las autoridades siguen investigando la posibilidad de una tercera persona involucrada", como parte de su argumento sobre la falta de agotamiento de los recursos internos, lo que contradice la posición anterior del Estado.

La CIDH, apoyada por la SIP, imputó responsabilidad internacional a los Estados Unidos Mexicanos (en adelante "el Estado", "el Estado mexicano", o "México"), por la falta de una investigación exhaustiva del asesinato del periodista; por lo que hizo tres recomendaciones: realizar una investigación para determinar la responsabilidad penal de todos los autores del asesinato.

Los peticionarios denuncian la violación de varios derechos consagrados en la Convención Americana sobre Derechos Humanos (en adelante la "Convención Americana"): a la vida (artículo 4); a la integridad personal (artículo 5); a las garantías judiciales (artículo 8); a la igualdad ante la ley (artículo 24); y a la protección judicial (artículo 25). 


(djh)