El Supremo Tribunal Federal (STF) de Brasil aprobó un histórico fallo que obliga a las plataformas a vigilar de forma activa lo que publican sus usuarios y retirar de inmediato cualquier contenido que promueva odio, racismo o violencia.
Antes, las empresas tecnológicas como Google, Meta o TikTok, sólo estaban obligadas a actuar tras una orden judicial; ahora podrán ser demandadas si, tras recibir la notificación de la víctima, no borran el material con prontitud.
Con la nueva regulación las plataformas deberán deberán implantar sistemas de detección y moderación preventiva.
El tribunal indicó que cada caso se juzgará individualmente y serán los jueces quienes decidan si el contenido es punible.
Organizaciones de libertad de expresión temen que, para evitar litigios, las plataformas retiren de forma automática material polémico y restrinjan el debate legítimo.
También se anticipa un incremento de litigios estratégicos o demandas que definan, en la práctica, qué debe considerarse ‘contenido ilegal’ y conduzcan a la censura del pensamiento crítico.