El Ministerio de Justicia ruso incorporó a Reporteros Sin Fronteras (RSF) a su lista de “organizaciones extranjeras cuyas actividades se consideran indeseables”, una calificación que equivale a vetarla en territorio ruso.
La decisión se enmarca en la creciente represión a la disidencia desde la invasión a gran escala de Ucrania en 2022.
La etiqueta de 'organización indeseable' expone a procesos administrativos y penales a cualquier persona u organización que coopere, difunda información, cite o financie a RSF dentro de Rusia.
Las sanciones pueden incluir multas y, en caso de reincidencia, penas de hasta cinco años de prisión.
En 2024, el regulador Roskomnadzor ya había bloqueado el sitio web de RSF.
Thibaut Bruttin, director general de RSF, la decisión busca “amordazar todas las voces que exponen la censura y la propaganda”.
Añadió que la organización continuará investigando y denunciando la “guerra contra las noticias y la información”, así como promoviendo que las agresiones a periodistas en Rusia y Ucrania sean investigadas y sancionadas.
Un golpe más a la libertad de prensa
Rusia ocupa el puesto 171 de 180 en el Índice Mundial de Libertad de Prensa 2025 de RSF.
Desde 2022, el Kremlin ha encarcelado a cientos de críticos y clausurado medios y ONG, mientras amplía la lista de entidades “indeseables” hasta rondar las 250.
La nueva inclusión criminaliza el acceso a información independiente y agrava el clima de autocensura entre periodistas, activistas y ciudadanía.